Musicando

Como dijo nuestro amigo alemán, anoche estuvimos "musicando". Sin esperarlo, el día miércoles comenzó conociendo a Gilber, un boliviano que contactamos a través de Couchsurfing. Nos encontramos en Plaza Murillo y allí él nos llevó por las calles del casco viejo, haciéndonos disfrutar de una tarde espectacular. Primero fuimos al Café Mestizo, un café muy lindo, situado en la Calle Jaén: un pasadizo empedrado con casas coloniales devenidas en museos. Allí estan los museos de instrumentos musicales, museos de arte y otros más, además de la casa de Murillo, un prócer boliviano. La foto donde estoy yo sola, es en esa calle, para mí, la más linda de toda la ciudad.
Después de disfrutar de un riquísimo "té con té" (té con singani, un licor típico), arreglamos una fecha para tocar al día siguiente. Pero antes de volver a nuestro hostel, Gilber nos llevó al Museo de etnografía y folklore, donde estuvimos en una interesantísima disertación acerca de los movimientos indianistas bolivianos, con los propios protagonistas. Habló Costantino Lima, un viejito apasionado y sin ningún problema en expresar solamente lo que pensaba, sin preocuparse por cómo han de caer sus palabras y Felipe Quispe, este último parece que siguió los pasos de Tupac Catari y en el año 2001 cercó toda la ciudad. No simpatizaban mucho con Evo, ya que lo consideran una especie de traidor, porque está rodeado de gringos y blancos representantes de los intereses opuestos a los de los indígenas. Me quedo con una frase: "Están mamando la leche gringa."
Al día siguiente, arrancamos con todo a ensayar para la noche. Nos fuimos a la plaza Murillo y mate tras mate repasamos todo el repertorio. El toque fue muy lindo, se creó un clima increíble. Nos vinieron a ver Gilber y su hermana, y luego de tocar y tomarnos una cerveza de coca, nos fuimos los cuatro a Sopocachi. Allí conocimos el bar Casa duende, donde fuimos a pedir una fechita para tocar.
La noche concluyó con un sandwich de lomito muy condimentado, para no extrañar la parrilla argentina!